Este módulo,
por sus características concretas, tiene la capacidad
de invadir el espacio de una forma totalmente controlable, obedeciendo
a las leyes geométricas, como es la formación
de una red espacial cúbica, de manera que los ejes de
la red coincidan con los ejes perpendiculares del módulo.
Esta capacidad de
poder dirigir la composición me hizo pensar en el poder
educativo del módulo y, teniendo en cuenta la dificultad
que entraña la educación tridimensional del espacio,
me propuse investigar con este material en varios colegios y
con niños de diferentes edades.
Pudimos comprobar
como la capacidad creativa del niño se estimulaba a medida
que dirigía la forma persiguiendo su belleza, encontrando
la belleza en una abstracta, sintiéndose dueño
de ocupar el espacio vacío.
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