ESCULTURA JESÚS MOLINA

 

GEOMETRIAS


ESCULTURAS PARA UN ESPACIO PÚBLICO
Exposición de escultura. Cuenca. Diputación. Mayo de 2006.

La exposición recoge obras mostradas en las siguientes secciones de esta página web:

Diagrama ACR - Perfiles - Placas - Construcciones - Transitables

(A mi hermano Carlos)

La utilización de tramas y redes espaciales en el "moldeado" del espacio, o quizás el conocimiento de la geometría y el almacenamiento de sus datos en la memoria permanente, da como resultado el trazado de formas que no siempre denuncian su procedencia.

Quizás unas veces se utiliza el diagrama basado en una teoría geométrica para conseguir la forma, otras, pensada la forma uno sospecha que ésta se aproxima a un diagrama geométrico.
Lo mas normal en el proceso de investigación de la forma, o en el llamado análisis de la forma, es que se cree un proceso ambiguo dentro de la mente en el que los dos objetivos luchan por prevalecer y, como la meta final es la forma, se utilizan todos los recursos archivados en la memoria sobre geometría para inducirlos hacia lo que se quiere obtener.
Se prueba con varias y al final prevalece la más cercana; ésta se modifica, se hace" trampa", si es necesario, (que siempre la hay) hasta doblegar la geometría a la forma que quieres conseguir.

Imaginemos que el espacio vacío esta lleno de puntos geométricos, unir varios de estos puntos son la clave para conseguir tu forma.
Pero el conocimiento espacial de la situación de esos puntos se hace harto complicado y sólo lo doblegamos con nuestro conocimiento de la geometría euclidiana.
Lo maravilloso de la cuestión es que los puntos que inundan el espacio son inagotables y su combinatoria también. Como ésto es inconmensurable tiene que actuar el concepto de belleza y la posibilidad constructiva. El primero, idealista, el segundo es práctico y limitado por la técnica. Una buena dosis de ambas puede llevar a la realización de una buena obra de arte. Queda claro que la técnica sólo pone límite a la escala a la que queremos realizar la obra, y aquí es donde se estrecha la línea fronteriza entre la forma ideal a conseguir y la escala en que ha de ser realizada.
Y el mayor dilema se plantea cuando tienes que elegir entre no realizarla o sacrificar pequeñas dosis de idealismo en la concepción de la forma, para modificarla hasta hacerla posible técnicamente sin que se haya perdido el núcleo ideológico de la forma a conseguir.
Este pensamiento no es filosófico, es puramente materialista pues al final es materia lo que se representa, y como materia es utilizable por el ciudadano; utilizable en el mayor de los sentidos, pues su realización constructiva en el espacio físico de la ciudad y de la calle servirá para que el ciudadano se adentre en la obra y disfrute de ella generando el concepto de lugar, de lugar estéticamente identificable, de lugar que humanice al menos un espacio en medio del conglomerado urbano. Este es el fin último de mis obras.


En esta exposición quiero subrayar el papel de las superficies planas en nuestra percepción visual.
El primero de los trabajos está reunido bajo la denominación de Placas. Agrupa a un conjunto de esculturas cuyos elementos compositivos son placas o planchas de metal planas. Por su pequeña dimensión en el grosor comparándolas con el largo y ancho, podemos percibirlo como un plano.
Planos verticales anclados en el suelo.
Planos oblicuos que se soportan unos a otros.
Planos que perteneciendo a las caras de un cuerpo geométrico, se extienden y prolongan de sus límites, hasta cortarse entre ellos produciendo formas nuevas.
En todas las obras prevalece el trazado de la planta como generador de la forma, siendo esta planta un polígono regular con el que se ha jugado en diferentes combinaciones o variaciones de si mismo.
Como resultado de construir con placas el espacio interior que encierra es máximo y aprovechable para transitar.Pero lo más importante de estas composiciones es la percepción visual que experimentamos en el interior de ellas. Lo que se sienta o no dentro de ellas será el único recuerdo que obtendremos de la obra escultórica, pues la visión plástica de su conjunto desde el exterior siempre será parcial y nuestra tendencia será compararla con un hecho arquitectónico, igualmente compuesto por planos.
En otras obras el elemento compositivo es lineal: Cedro y Construcción con elipses. Flor.
Aquí la fluidez espacial es mayor. En el caso de Construcción con elipses, los tubos de acero y su curvatura hacen más "amable" el lugar y la posición de los aros hace que se contrarresten los empujes ejercidos por ellos mismos, necesitando nudos de unión poco visibles, una vez que estos quedan anclados en el suelo.
Es en el Cedro donde construcción y belleza confluyen y se confunden en una misma cosa, no sobra ni falta nada, cada elemento tiene un papel constructivo y de composición al mismo tiempo, la física y la belleza juntos.
De la gran elipse de la planta se levantan delgados perfiles de acero para reunirse en un punto elevado y desplazado respecto al centro del eje mayor de la elipse. Dejando estos perfiles en planta un espacio suficientemente amplio para transitar del exterior al interior de la obra.
En el Homenaje a Brunelleschi el planteamiento estético es muy diferente, al excesivo orden de la planta circular y repetición del arco se superpone la textura creada por los tubos cuyos ejes coinciden con radios que comparten un centro común. Creándose una excentricidad entre los dos arcos de la obra, uno físico de los perfiles de acero y otro imaginario que limita la posición y el orden de los tubos.
A Brunelleschi le quería dedicar algo más tangible con su obra, y en esta cúpula he querido repetir un trabajo anterior referido a una superficie discontinua, de esta manera los planos curvos que se forman entre dos arcos o nervios de la cúpula quedan definidos por placas separadas de dichos arcos de manera que perteneciendo todos al mismo plano quedan separados entre ellos dando la sensación de flotar en el espacio. Y quiero llamar a esto superficie discontinua.

Jesús Molina